Estábamos charlando y conociéndonos cuando vino una niña pequeñita... muy pequeñitaaa y me saludó muy cariñosa y tímida. Me pareció muy tierna, como una muñequita jeje... enseguida le cogí cariñitos!
La niña del pelo blanco me dijo que le gustaba mucho ir descalza como yo... pero que a su mami se enfadaba mucho cuando no se ponía los zapatos. ¡Y yo iba descalza!
¡Bah, pero conmigo no se enfadó! Creo que le caí en gracia porque no paraba de mirarme diciéndome lo guapa que era y me hizo muchas fotos.
Entonces la niña pequeñita, me ofreció sus zapatitos muy preocupada de que yo fuera descalza. Le dije que no hacía falta (además no me cabían jajaja) que tenía zapatos y botas en la caja, pero que en el viaje se va mejor descalza ;)
Como insistió mucho, tuve que enseñarle las botas y todo para que viera que era verdad!!!
Luego le ayudé a ponerse sus diminutos zapatos y me lo agradeció con muchos besos y abrazos.
Nos hemos hecho muy amigas jeje!
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